martes, 18 de noviembre de 2014

“Los arribeños” Año 1806 – 1807 –


Teatro -  por Diego Larrosa

Personajes:    Señora Rosaura Ocampo
                     Señora Delmira Castro
                     Señor   Emilio Villafañe
                     Señor Ernesto Ullocha
                     Señor Joaquin Alvarez
                     Ponciana una negra criada

Escenario: Un comedor antiguo muy bien arreglado. Una puerta que da a la calle
Escena: Al abrirse el telón aparece la negra Ponciana pasando el plumero por los muebles y al rato se asoma ala puerta de calle a ver si llegan los amigos porteños

  • PONCIANA: Y no llegan las visitas porteñas de la señora Rosaura, capaz que no vengan segurito la van a dejar plantada a la señora (arregla florero)
  • ROSAURA: (entrando) ¿con quién hablas Ponciana?
  • PONCIANA: No, nada señora, es que temo que las visitas se demoren (sigue arreglando almohadones)
  • ROSAURA: Y qué te preocupa eso, lo que te debe preocupar es hacer muy bien las cosas, todo lo que tienes que hacer, todo muy bien.
  • PONCIANA: Tiene razón señora, perdone
  • EMILIO: (entra puerta izquierda) Rosaura tengo ganas de tomar algunos mates hasta que lleguen mis amigos
  • ROSAURA: Si querido, andá Ponciana y cebá uno ricos mates para nosotros
  • PONCIANA (deja el plumero) ya caliento el agua y en seguida estará servido señora (sale puerta izquierda)
  • EMILIO: (mientras se sienta) Tengo tanto interés en conversar con mi íntimo amigo Ernesto; cuando el vivía acá estaba al tanto de todo y ahora que viene de estar diez meses en Buenos Aires me imagino lo informado que vendrá y todas las noticias que traerá.
  • ROSAURA: Igual que Delmira y Joaquin
  • PONCIANA: Permiso... (Entra con el mate que le ofrece a Rosaura) Señora voy a ver quien llama a la puerta 
(Desde la calle) porotos, morrones, compre berenjenas, cebollas, compre rabanitos, coliflores
  • PONCIANA: (entra a prisa) Señora ofrecen porotos, morrones, berenjenas, cebollas, rabanitos, coliflores
  • ROSAURA: No, andá que ya fui de compras y  traje de todo (recibe el mate y sale)  (Llaman a la puerta)
  • EMILIO: ¿Serán mis amigos de Buenos Aires?
  • PONCIANA: (entra, da el mate al Sr. Emilio y se va a ver la puerta)
  • JOAQUIN: Buenas tardes ¿está el señor Emilio?
  • PONCIANA: Señor Emilio lo busca un tal Álvarez
  • EMILIO: Voy a recibirlo (presuroso se pone de pie y va a su encuentro se abrazan y siguen abrazados hasta tomar asiento)
  • ROSAURA: Cuánta alegría Joaquín!!! (Se abrazan)
  • EMILIO: Vos sabes que los esperamos a Delmira y a Ernesto Ullocha que llegaron ayer de Buenos Aires después de estar diez meses allá.
  • ROSAURA: Esperamos encantados a tan excelentes amigos!!!
  • EMILIO: Estaremos en familia ¡qué lindo!!
  • PONCIANA: (sirve mate a Joaquín) Hasa que se sirva, voy a ver la puerta, ¿quién llamará? (sale a la puerta de calle)!Oh! qué sorpresa! (fuerte) Señora!!!! El señor Ernesto y la señora Delmira!!!Pasen, pasen
(Rosaura, Emilio y Joaquín  van al encuentro, se abrazan cariñosamente los cinco)
  • EMILIO: Tomen asiento, pero que gusto que hayan llegado!!! No se imaginan lo feliz que estoy de tenerlo aquí y recién llegados de Buenos Aires... me imagino toda las noticias que traerán de allá
  • DELMIRA: !Ah! mil novedades para nosotros los riojanos. Un orgullo es decir que uno es de La Rioja allí en Bs As. Se los respeta y aprecia mucho a los hombres de La Rioja. Durante las primeras invasiones inglesas en 1806 Se destaco nuestro querido amigo Don Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, hombre sin igual, que sorprendió a muchos entre los bravos defensores de Buenos Aires, permitiendo un rotundo triunfo de  los argentinos.
  • ERNESTO: En 1807, durante las 2º invasiones inglesas, luchó con un heroísmo admirable, mereciendo en la Reconquista el titulo de Coronel y el mando de célebre Regimiento de Arribeños.
  • JOAQUIN: Si!! Él fue el que creó y formó el ejército de Arribeños soldados todos de la parte de aquí arriba, Tucumán, Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja.
  • ERNESTO: Por el valor demostrado en el campo de batalla durante las invasiones inglesas, fue elevado al rango de Comandante Segundo y Teniente Coronel Del cuerpo de Arribeños. Y luego fue designado comandante del ejército de Arribeños.
  • ROSAURA: Y este prócer riojano, nació en Anguinan en el departamento de Chilecito, el 4 de mayo de 1771
PONCIANA: (Sigue cebando mate)
  • EMILIO: Y no solamente estuvo presente La Rioja en las invasiones inglesas en la persona de Don Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, sino también en los soldados arribeños riojanos del ejército que él formó
  • ROSAURA: Su nombre figura dignamente en la lista de los grandes próceres que dieron a la patria su grandiosidad y esplendor
  • DELMIRA: Después, en los días gloriosos de Mayo, puso a descubierto la sinceridad y el patriotismo de los hombres y los pueblos de su país.
  • PONCIANA: (en voz Baja) Señora Rosaura sigo cebando mas mate?
  • ROSAURA: No, andá  fuenomás.
  • JOAQUÏN: Francisco Antonio Ortiz de Ocampo es un patriota puro e incambiable, todo lo entregó al servicio de la causa de la Libertad.
  • ERNESTO: Vean que grande es nuestra rioja y la gente que aquí vive! El pueblo de La Rioja fue uno de los primeros en adherirse al movimiento revolucionario de Mayo
  • ROSAURA: Un pueblo sincero y patria como lo es Antonio Ortiz de Ocampo
  • JOAQUÍN: Es por eso que los dirigentes no dudaron en darle el honroso nombre de “Primer general argentino”
  • EMILIO: El hecho es que Antonio Ortiz de Ocampo hace conocer su nombre entre lo grandes defensores que lucharon durante las invasiones inglesas y desde entonces su nombre figura con toda dignidad entre los heroicos heroes que aquel glorioso 25 de Mayo de 1810 dieron a esta patria el más bello esplendor con su gloriosa libertad.
  • ROSAURA: Es como dice Dalmira: es un orgullo para nosotros los riojanos, los hombres de la talla de Ortiz de Ocampo y de varios otros que lucharon por nuestra libertad.

martes, 6 de mayo de 2014

Empezando a contar historias....."El origen de la Encomienda americana."

Nota:  Más adelante vamos a ver quiénes y cómo se desarrollan las vidas de nuestros antepasados; por eso es que quise dejar plasmando esto, para bien entender los sistemas cuando presente a los protagonistas en la escena. Y Dios mediante alguien, alguna vez podrá vincular genealógicamente a Bartolomé con los nuestros. Con mi mayor respeto a los que me precedieron.Silvina Velo de Ipola


Cuando se produjo el accidental descubrimiento de un nuevo continente por parte de los españoles, los nuevos territorios vírgenes fueron inmediatamente incorporados a la corona castellana que, por otra parte, había financiado la expedición del descubrimiento y se encontraba en pleno apogeo del enfrentamiento con la vecina corona portuguesa por repartirse el mundo conocido.
De esta manera, como decíamos, la administración castellana se impuso en América. Se fundaron virreinatos (los dos principales fueron Perú y Nueva España), cabildos, Corregimientos, chancillerías, Audiencias, consejos, etc., en definitiva, toda una serie de mecanismos de administración y gobernación que  pronto desplazarían a aquellos soldados y capitanes que participaron en las cruentas guerras de conquista a la hora de recibir los privilegios y las mercedes del regente. De forma casi inmediata y tras la conquista de las grandes civilizaciones pobladoras de América, los españoles pusieron en marcha todo un sistema de administración a objeto de realizar una colonización exitosa, es decir, introducir en los nuevos territorios la lengua, religión, cultura y costumbres del viejo mundo. Esta práctica será la utilizada en la construcción de los grandes imperios coloniales que también ingleses, holandeses y portugueses pondrían en marcha; eso sí, estos se basaron principalmente en el sistema de esclavitud, algo que para la corona castellana tuvo su variante como ahora veremos.
Una vez se impuso la administración en el nuevo continente, se desarrolló lo que había sido desde un principio la motivación fundamental de las expediciones. Nos referimos a la explotación de los ricos y abundantes recursos americanos, ya que esta base supondrá una importante y casi imprescindible fuente de ingresos para la Corona de Castilla, que vio como sus arcas eran inundadas con el oro y la plata americanos.
En este período es donde se desarrolla una institución, otorgaba jurídicamente mediante un derecho, emitido por parte del monarca español y como recompensa de los servicios prestados, a un súbdito español (encomendero) una porción de tierra a la que se le asignaba un grupo de nativos que debían trabajar para que el encomendero recibiera el usufructo de ese trabajo, y a cambio de lo cual el señor debía cuidar, vestir, alimentar y adoctrinar en la fe cristiana  a estos otros.
Así nace la Encomienda, que ha sido calificada por autores como Marchena, como la base de la organización y nacimiento de una nueva clase poderosa y afincada en esos territorios coloniales, los criollos, los encomenderos que dejaban atrás lo suyo para  que luego se organizarán como una clase poderosa opuesta a los preceptos de la metrópoli castellana.
Pero debemos preguntarnos, cómo y por qué surgió esta institución jurídica, que junto con la mita (sistema para explotar los yacimientos minerales por parte de cuadrillas de indígenas en un régimen similar a la encomienda), constituyeron el sistema de colonización española en América.
El precedente lo tenemos en lo que el Doctor Juan Andreo y la Doctora Lucía Provencio, especialistas de la Historia americana, señalan como el desastroso comienzo de los españoles en el Caribe.
Tras las primeras expediciones de Colón, que se realizarían por las islas caribeñas, los españoles procedieron a la dominación de los territorios, y por ende, de las gentes que allí habitaban, los llamados indios Taínos, Arahuacos y Caribes (estos últimos tenían fama de poderosos guerreros y de caníbales), que  habitaban las  Islas  de las Bahamas, Cuba, Trinidad, Martinica, Jamaica etc.
Estas civilizaciones basaban su sistema de vida en una migración continua (cazadores recolectores) en busca de nuevos recursos, y apenas conocían la agricultura y ganadería. Por ello, el impacto de la entrada en contacto con los europeos fue tremendo. No obstante, y pese a la resistencia presentada por tribus como los caribes, que hicieron estragos entre los españoles, finalmente se hicieron con el control de estas islas, por las que pagaron un alto precio.
Los españoles comprendieron que ‹‹sin indios, no hay Indias››, es decir, había que cambiar el sistema de explotación de los indígenas, pues estos, a parte del oro y la plata, suponían la principal riqueza de las  nuevas tierras descubiertas.
Por lo tanto, la encomienda surge como alternativa a un sistema de explotación similar al portugués o el inglés. Sin embargo, y pese a esa iniciativa inicial de ‹‹cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su protección››, no fue  esa la realidad, pues, las encomiendas, normalmente quedaban bajo la única supervisión del encomendero, el cual, por su propia voluntad, debía informa a la corona del estado de la explotación de la tierra, así como de los trabajadores. Precisamente por ello, durante los años de la puesta en marcha de este sistema, la supusta explotación de los indígenas fue una realidad que sacó a la luz aspectos miserables del ser humano, y por este motivo surgieron numerosas voces como las del padre Bartolomé de las Casas, que curiosamente comenzó su vida en América como encomendero (a la cual luego renunciaría para tomar los hábitos), y el cual, en su Brevísima relación de la destrucción de las Indias, en 1552, relata de esta manera la realidad de la encomienda en los primeros siglos de su funcionamiento:
‹‹la causa por la que han muerto y destruido tan infinito número de ánimas los cristianos, ha sido solamente por tener su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días (…) conviene saber, por la insaciable codicia e ambición que han tenido que estas han sido mayores que en el mundo pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes humildes››.

Fray Bartolomé de las Casas. Fuente.
Fray Bartolomé de las Casas. 
Debido a este toque de atención por las voces alzadas en contra de la explotación de los indígenas, como la de Antonio Montesinos, misionero y dominico español que denunció los abusos contra los indígenas en la Isla de la Española y que fue uno de los motivos por lo que Fray Bartolomé de las Casas abandonó su vida de encomendero, la corona castellana puso en marcha medidas legislativas para evitar esta situación, en un contexto donde estas voces se opusieron a la doctrina eclesiástica oficial en el célebre debate denominado ‹‹de los naturales››, donde se discutía la igualdad o la superioridad de los españoles sobre los indígenas y su derecho a explotarlos.
Surgen de este modo las Leyes de Burgos, en 1512, que versaban sobre la Ordenanza para el tratamiento de los Indios firmados por Fernando de Aragón, y las más conocidas, las denominadas Leyes Nuevas, firmadas por Carlos V en 1542, en las cuales se prohibía la esclavización de los indígenas a los que se les reconocía como súbditos de las corona española y poseedores del título de hombres libres. Estas legislaciones, entre otras, son las que componen lo que se conoce comúnmente como Las Leyes de Indias.   
BIBLIOGRAFÍA |
ADREO GARCÍA, J. “De la América española a la América americana, consideraciones sobre un proceso frustrado”. Separata de  Carthaginensia.  Murcia: Instituto teológico, 1991. pp. 397-414.
CHOCANO MENA, M.; PÉREZ HERRERO, P. “La América Colonial. 1492-1763”, Madrid: Síntesis, 2000.
GARAVAGLIA, J. C.; MARCHENA, J. “América latina, de lo orígenes a la independencia. La América precolombina y la consolidación del espacio colonial”, Lima: Crítica, 2005.
MEDINA, M.A. “Los dominicos en América: presencia y actuación de los dominicos en la América colonial española de los siglos XVI-XIX”, Madrid: Mapfre, 1992.
SEMADENI, P.J.  “Tierra, encomienda e identidad: Omacagua (1540-1638) Memoria americana”, Madrid: 2005.